Salmo 28
Prerrogativas del justo
1.
A ti, Señor, te invoco. Roca
mía, no te hagas el sordo; que si enmudeces seré como los que
bajan al sepulcro.
2.
Escucha mi voz suplicante
cuando te pido auxilio, cuando levanto las manos hacia tu
templo sagrado.
3.
No me arrastres con los malvados, ni con los malhechores: saludan con la paz al prójimo
y con malicia en el corazón.
4.
Dales lo que merecen sus obras y la maldad de sus actos, dales según la obra de sus
manos, devuélveles lo que se merecen.
5.
Como no entienden las proezas de Dios, ni la acción de sus manos, ¡que él los derribe y no los
reconstruya!
6.
¡Bendito sea el Señor que
escuchó mi voz suplicante!
7.
El Señor es mi fuerza y mi escudo: en él confía mi corazón.
Me socorrió y mi corazón se alegra; le doy gracias con mi cántico.
8.
El Señor es mi baluarte y refugio, el salvador de su Ungido.
9.
Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, guíalos y sostenlos siempre.
▷ Salmo 28
Reviewed by Manuel
on
octubre 06, 2017
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