Salmo 32
Dichoso el que está absuelto de su culpa
1. ¡Feliz
el que está absuelto de su culpa, a quien le han enterrado su pecado!
2.
¡Feliz el hombre a quien el Señor no le imputa el delito y en cuya conciencia
no hay engaño!
3. Se
consumían mis huesos cuando callaba, cuando gemía sin parar;
4. porque
día y noche tu mano pesaba sobre mí; se me secaba la savia con los calores
estivales.
5. Te
declaré mi pecado, no te encubrí mi delito; propuse confesarme de mis delitos
al Señor; y tú perdonaste mi culpa y mi pecado.
6. Por
eso, que todo fiel te suplique: si se acerca un ejército, o crecen las aguas
caudalosas, no lo tocarán.
7. Tú
eres mi refugio, me libras del peligro, me rodeas de cantos de liberación.
8. –Te
instruiré, te señalaré el camino que debes seguir te aconsejaré, con mis ojos
puestos en ti.
9. No
sean como caballos o mulos, irracionales, cuyo brío hay que domar con freno y
brida, sólo así puedes acercarte.
10.
¡Cuántos son los tormentos del malvado! Pero, al que confía en el Señor él lo
envuelve con su amor.
11.
Alégrense en el Señor, regocíjense los justos, canten jubilosos los rectos de
corazón.
▷ Salmo 32
Reviewed by Manuel
on
octubre 07, 2017
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