Salmo 39
Señor, que comprenda lo caduco que soy
2.
Yo pensé: vigilaré mi proceder para no ofender con la lengua; mantendré una mordaza en
mi boca mientras el malvado esté ante mí.
3.
Guardé silencio resignado,
inútilmente me callé,
y mi herida empeoró.
4. Mi corazón ardía en mi pecho; mis susurros atizaban el fuego hasta
que solté la lengua:
5.
Señor, indícame mi fin y
cuántos van a ser mis días, para que comprenda cuán caduco soy.
6.
Me concediste unos palmos de vida, mis días son como nada ante ti:
El hombre no dura más que un soplo,
7. es como una sombra que pasa; sólo un soplo son las riquezas que
acumula, sin saber quién será su heredero.
8.
Entonces, Señor, ¿qué espero? Mi esperanza está en ti.
9.
De todos mis delitos líbrame, no me hagas la burla de necios.
10.
Enmudezco, no abro la boca,
porque tú has actuado.
11.
Aparta de mí tus golpes, bajo tu mano hostil perezco.
12.
Castigando su culpa educas al hombre, como polilla corroes su belleza.
El hombre no es más que un soplo.
13. Escucha mi súplica, Señor, atiende a mi clamor, no seas
sordo a mi llanto, pues yo soy un forastero junto a ti, un
huésped como todos mis padres.
14.
¡Aparta de mí tu mirada, y me alegraré antes de que me vaya y ya no exista!
▷ Salmo 39
Reviewed by Manuel
on
octubre 08, 2017
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