Salmo 144
Oración después de la victoria
(18)
1.
Bendito sea el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis
dedos para la batalla.
2. Mi
aliado y mi alcázar, mi baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi
refugio, él me somete los pueblos.
3. Señor, ¿qué
es el hombre para que acuerdes de él, el ser humano para que pienses en él?
4. El
hombre se asemeja a un soplo, sus días a una sombra que pasa.
5.
Señor, inclina tus cielos y desciende; toca los montes y que humeen.
6.
Fulmina tus rayos y dispérsalos, lanza tus flechas y desbarátalos.
7.
Alarga tu mano desde lo alto, defiéndeme y líbrame de las aguas
caudalosas, de la mano de extranjeros,
8.
cuya boca profiere falsedades, y su diestra es engañosa.
9. Oh
Dios, te cantaré un canto nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas,
10. tú
que das la victoria a los reyes, y libras a David, tu siervo, de la espada
inicua.
11.
Defiéndeme y líbrame de la mano de extranjeros,
cuya boca profiere falsedades y su diestra es engañosa.
12.
Sean nuestros hijos como plantío, exuberante desde la juventud; sean nuestras
hijas columnas esculpidas, estructura de un palacio;
13.
nuestros graneros estén rebosantes de productos de toda especie. Nuestros
rebaños a millares se multipliquen en nuestros prados;
14.
que nuestros bueyes vengan cargados. No haya brechas ni boquetes, ningún
lamento en nuestras plazas.
15.
¡Dichoso el pueblo al que así le sucede, dichoso el pueblo cuyo Dios es el
Señor!
▷ Salmo 144
Reviewed by Manuel
on
noviembre 12, 2017
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